Estoy consternada por mi carencia de espíritu patriótico.
Los españoles han decidido enorgullecerse de serlo. Pueblo acomplejado de antaño, ahora y por mor de la enorme gesta llevada a cabo por la escuadra futbolera, se lanza a la calle enarbolando toda serie de enseñas rojigualdas, se pintan las caras, los escotes, alzan sus niños y como Josefina de Aragón se adelantan henchidos, porteadores de banderolas.
En los balcones cuelgan toallas que incluyen el toro patrio de un aspecto torremolinero que venden los chinos junto con otros elementos simbólicos.
Somos una gran potencia ,enardecidos, unidos en nuestro destino superior,trascendemos, superamos al Mundo entero.
Mientras, yo, detesto la repetición, el ruido de las "bubucellas" escarlatas o no, y no asumo la importancia de éste evento unificador.
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