No soy lo suficientemente mayor como para que no me interese la informática y la electrónica ni lo suficientemente joven como para que las entienda.
Cuando he conseguido hacer funcionar un aparato, es ya obsoleto y llega otro que muestra extrañas preferencias. Siempre me aseguran que el nuevo es muy intuitivo, pero a lo que se ve, mi intuición no coincide con la de los éstos ingenios .
Hoy he dedicado un tiempo exasperante a intentar ordenar los canales de una televisión. He conseguido ,sin la mas mínima intención, añadir en mi lista cinco moras, una malagueña, una de Fuengirola...
Jugaban al tenis unas rollizas muchachas con su pelo convenientemente tapado, un Imán vociferaba, con su venerable barba y su verbo lleno de consonantes; una señora con un turbante y mucho maquillaje , agarrada a un teléfono, auguraba felicidad y matrimonio a Pepi que se mostraba muy colaboradora, en otra actuaban unos mudos y me decían que estaba encriptada. Mmmm...en la cripta...mmmm...
El grueso libro de funcionamiento me iba indicando qué hacer pero , o no acertaba con los botones o mi tele es librepensadora o desobediente.
Me ha quedado una incómoda sensación de inutilidad y un desorden completo en los canales.
No puedo ser independiente, necesito quién me guíe en el peregrinar electrónico doméstico.
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