Hoy, tras meses de sequía, ha llovido el Málaga. Todo se ha impregnado de olor a tierra húmeda, a romero y eucalipto; los tejados han soltado tierra y piedrecillas, las alcantarillas ,incapaces de absorber hojas, ramas y restos de todo tipo ,se han colapsado y las calles, resbaladizas,se han convertido en pistas de patinaje.
Oigo Lakme mirando entre melancólica y gozosa caer el agua chorreando sobre los cristales, formando cascadas ,cada hoja de las palmeras y todas juntas una especie de fuente triste o de sauce líquido ,saltar sobre los charcos, agrisar el azúl del mar, llenarlo todo de una nueva luz acogedora y ténue, moverse al viento en azote que suena y no daña...
Entre melancólica y gozosa .
Otro otoño; todo pasa, todo corre hacia la nada...pero ha llovido y me posee un silencio interior que reta al futuro. Dulce y suave, imposible de entender si no supiese del animal que aún negado, tengo de residente .
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