miércoles, 8 de julio de 2009

Amabilidad neoyorkina

Por un rato creí que era mi encanto nuevo o renovado el que provocaba que mi mirada distraida
y miope acercase irremediablemente a varones de diversa edad y condición a acercarse a mi ,la dura realidad es que los ciudadanos aquí son de una dasmensurada cortesía que raya en el empalago.Siempre no estoy perdida,a veces quiero estar perdida y, como además llevo encima la desconfianza latina, es muy común que desoiga sus indicaciones y continúe en dirección aleatoria a la búsqueda de un lugar que está justo en dirección contraria.
Ya casi me voy, me quedan horitas para descubrir que mi gata se ha enfadado conmigo, que mi marido pasa de mi regalo, que mi hijo no cree que he acertado con el suyo, que el césped se ha puesto amarillo y las orquídeas cabizbajas, que llegaron cartas, multas facturas...es de comprender,añadiendo las horitas de vuelo,que mi ,animo esté revuelto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca habia leido Nueva York desde un punto de vista tan personal y curioso... se agradece una prosa tan cuidada y amena, y sobretodo que hayas puntualizado los comentarios de esa maravillosa guia que os llevo por todos los barrios... se puede pedir suscripcion gratuita a este blog?

El muchacho y su baraja

Marius Horribilis dijo...

No he podido leer todas las entradas aún, pero me gusta ver que has sabido ver detrás del telón de fondo de NY y meterte en los entresijos de la ciudad y sus habitantes. Enhorabuena!!!