viernes, 24 de julio de 2009

High-line, su venus y el día de la patria.


Tiene gracia e ingenio el diseño del jardín de la high-line y mucha gente. Siempre mucha gente.
Temo que estén ocupadas las grandes hamacas que lo bordean -se he apoderado de mí el bendito demonio de la siesta-y voy mirando a sus ocupantes por adivinar sus intenciones y poder tirarme en plancha a la primera insinuación de alzada.
De pronto, veo una ocupada por una venus de Botero con la mirada perdida y lejana ,derramada en su blandura, nada estructurada;las carnes abundantes y sensuales bosando los límites, la postura de una Hurí que sin necesidad de cojines o colchones, ella misma se posa y acomoda sobre la teka con sus enormes pantalones rojos, indolente, en mudo desafio a las entregadas deportistas que corretean a un lado y otro sudorosas.
Muestra calma y gozo....mmm quizá levantada, su enorme vibrato carnal sea excesivo; tumbada es el equilibrio barroco de las formas. Perfección de enlaces curvilíneos sin rupturas, cambios de plano sutiles, casi mágicos. Monumental.
Me freno ya con la mano en la cámara y, sospechando que pueda entenderse mas como una ofensa que como un halago opto por grabarla en mi retina.
Otra es ocupada por una familia india con niños que suben y bajan sin parar, disfrazadas las hembritas con tutús y rasos de poliester, brillantes y decorados; los varoncitos. con sus corbatitas y camisas "de vestir"...Hay japonesas de Manga, americanos de Chicago-digo yo- paseantes de perros nativos, sillas de ruedas de última tecnología...
La suerte nos es propicia, y un poco mareadas de luz (el sol sale y se quita) de espacios, de movimiento de gentes...sesteamos un poco.
Me pregunto qué tamaño será el de la venus cuando compruebo que mi guía y yo cabemos y nos sobra espacio en la hamaca conseguida.
La tarde la ocupamos en el Soho, un Soho abandonado y desierto porque es el día de la patria, fiesta étnica en que nativos y visitantes se entregan al placer y vorágine de los fuegos artificiales y las tracas.
A mi ésto no me sorprende porque lo he conocido así, pero mi guía me hace observar lo especial de la vista. Para obedecer y observar, me siento en un escalón con un cigarro y una botella de agua. Me veo el tobillo hinchado.
Los fuegos los veré en la minitelevisión de la cocina y oiré las tracas en sonido ambiental; las lóas a la patria las escucharé en mi radio, de boca de Ricoperez, de Ricoperez.com y sus tertulianos.
Creo que las oigo todas en cubano ,mezcladas con sus consejos médicos, que tanto me gustan y amedrentan.

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