sábado, 9 de octubre de 2010

Niebla y Mercadona

Suena intermitente y pesada la sirena de un barco con un mugido grave y profundo.
La lluvia se ha convertido en niebla que como una gasa húmeda y vaporosa levita acolchando, mullendo, envolviendo, difuminando... se posa apenas con un aire de gato de angora sideral.
Ya no hay líneas ni colores. El mundo de las sombras desaparece porque la luz no les da vida.

Me voy a ir al Mercadona para tomar tierra. No he tomado nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Seguro que esa niebla no traía condensación de hierbas aromáticas o nubes tóxicas a tus pulmones?