No se de donde ha venido. Ha pasado unos años entre los tiestos escondidos tras los cipreses. Empezó a brotarle una hojita que parecía tenía ganas de hacer algo por la vida. La metí en casa y ha tardado unos diez días en florecer.Me he limitado a regarla mucho porque su tierra, de puro vieja, no absorbía agua y me ha regalado estas flores exhuberantes.
Es una amarilis, planta de bulbo que debí comprar en un pasado lejano y que la sequía de este año a animado a
mostrarse.
Me prometo prestarle mas atención el año próximo y cumplir lo que dicen los expertos: cortarle la flor cuando empiece a secarse desde muy abajo, seguir regándola hasta que las hojas se sequen y luego olvidarme de ella hasta la siguiente primavera, aunque bien visto, quizá prefiera no hacer ni caso y esperar otra iniciativa tras los cipreses.
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