Como soy leída (y creativa), advierto una metáfora en que bodega y subconsciente se entrelazan. La bodega está al fondo de la casa, es oscura y sombría y sólo se llega si se va directamente a ella.
Recoge todos los restos y los va deshaciendo con humedad, polvo y herrumbre ,pero todo sigue allí si no se determina con voluntad hercúlea, tiempo y fuerza, una limpieza general.
Cuesta tirar los trastos viejos de los que somos prisioneros estocolmados, prisioneros voluntarios o simplemente perezosos que se dejan llenar cada espacio de forma que el aire ya no corre, se espesa, se vuelve irrespirable. Así que si al fin, fuerte y voluntarioso, decides que ha llegado el momento y te pones a ello, es probable que mezcles en tu ánimo alternativa o simultáneamente, euforia y cansancio. Que vivas los recuerdos mientras sostienes fugazmente, en el corto recorrido hacia la bolsa, cualquier objeto del pasado.
Como puedes tener la tentación de recuperarlo, lo mejor es llevarte todo prontamente a la basura y después mirar con placer el vacío, el placer del espacio limpio y joven.
1 comentario:
Bueno, entonces quizás si ves cotilleo televisivo durante 24 horas seguidas se quede despejadita y feliz, por aquello del paralelismo, no?
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