Subida de tensión física y psíquica. Víctima de mis demonios y de de los que se han apoderado de mis electrodomésticos, comparto su estado: unos han optaron por rugir como leones (la nevera), otros decidieron fallecer sin lucha (la campana extractora,los altavoces, el tostador,los teléfonos, el router...)y otros respondieron a las subidas iluminando mi casa, ahora como si fuese de día, ahora en lento crepúsculo, ahora bailoteando, ahora tremolando...Yo seguía las mismas pautas como embebida por el suceso extraordinario e inevitable, incapaz de luchar contra los elementos ni de unirme a ellos.
Endesa pasaba de mí y de mis explicaciones que aseguraban no comprender, me iban llevando de una a otra operadora y parecían no comprender la prisa que me movía; cuando por fin aparecieron me explicaron que habían sido los "pajarillos" de la caja exterior lo que habían provocado el problema. A mi pregunta de a qué pajarillos se referían, me responden que a unas piezas aflojadas.
Quizá la próxima vez que tenga un problema y no me sepa explicar, informaré a Endesa de que "los pajarillos" están inquietos y ellos me entenderán a la primera y me mandarán a alguien rápidamente.
Es solo el primer capítulo, me espera ahora el mundo de las reclamaciones, las oficinas con "el sistema" caído, los usuarios pidiendo la hoja de quejas , suplicando por la venida de otro Franco, gritando enfurecidos a una muchacha de aire cansino y macilento, ojerosa y distante que entrega con aburrimiento repetitivo palabras y documentos; las visitas a talleres, la recepción de técnicos de dudosa profesionalidad,el aparcamiento imposible, la compra de nuevos aparatos, los informes de presupuestos,las esperas en las colas de la compañía y la conciencia exacta de que mis demonios no me favorecen. Cólera inútil. Trabajo para mis arterias.
1 comentario:
Ahora entiendo a mi madre, cuando me decía, tapate, que el pajarito se te ve...
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