No tengo claro que opinar sobre el tema; me gustaba el espéctaculo de despiadada crueldad y estética tremenda. Lo había vivido como natural y por tanto, la sangre era sólo cromatismo, rojos, dorados, negros... los mugidos del animal eran tapados por el público entusiasmado o enfurecido, por la belleza del ballet en que aire y muerte se confundían con fiesta , color y luz.
Así lo viví durante años; poco a poco, la sangre fué sangre y el dolor, dolor.
Se que los toros son privilegiados durante años , pero se me vienen a la cabeza Hansel y Gretel siendo engordados por la bruja con la brillante mirada de quién espera un opíparo banquete.
Se que desaparecerían si no hubiese" Fiesta", que las dehesas no podrían sostenerse, que el negocio taurino se iría al traste...
Para buscar una solución intermedia -tan de moda en éste todo vale-podría decir ésa frase manida del "pues nadie les obliga, que vaya el que quiera", pero éso no me decide porque en último caso ,las peleas de perros están prohibidas aunque se trate también de animales y nadie obligue a nadie a acudir, o las de gallos...
Pertenezco a una civilización antropocentrista, creo en la entronizada posición suprema del ser humano, como pollo, pescados, ternera...todos éstos animales han sufrido para mi disfrute, los gatos, los perros, los del zoo...manejados, inseminados, hacinados ...
Así, ahora veo crueldad y dolor y siento no poder sumarme al entusiasmo colectivo de una buena corrida, siento que la tradición nos lleve a televisar la matanza del cerdo, con sus chillidos casi infantiles, a tirar cabras desde campanarios, a colgar gansos de la cabeza en las cucañas...y pienso que ahí si que no existe belleza y siento que me dan miedo los tipismos y las tradiciones...
Me gustaría que los políticos se callen, que no azucen a las dos españas.
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