Soy, por profesión y definición, transmisora de conocimientos y valores. Además, ahora debería estar desarrollando la inteligencia emocional de mis alumnos.
Se han escrito libros blancos y de otros colores, desarrollado congresos -en Canarias-,creado puestos de trabajo, se ha endiosado a psicólogos y teóricos, y mientras, a los profesores se les ha humillado de todas las formas posibles.
Los padres nos culpan de todos "los errores"de sus encantadores niños, los hijos, desorientados de tanto si y entrega material, nos miran con evidente ojeriza, insultan, desobedecen y amenazan con "contárselo al director", que siempre les apoya; la administración, rebaja programas y modifica vocablos pretendiendo, mediante el aprobado fácil y el enrevesado lenguaje, superar el "fracaso escolar".
Mientras, nuestro desconcierto aumenta porque siendo los culpables, nadie nos dice cosa alguna practicable con que corregir nuestro "doloso comportamiento".
...estoy en clase...miro tristemente a mis alumnos recortar y colorear desordenadamente...gritarse, insultarse...
Cada día inicio esquemas y pretendo estructuras imposibles; quiero enseñar...Cada día siento no poder contra su voluntad inexistente, dejadez, abulia...y les dejo recortar y pegar ante su negativa frente al pensamiento abstracto.
Desolada, cavilo sobre la inteligencia emocional
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