Ésta invierno, los del tiempo, no paran de anunciarnos todo tipo de extra vagancias meteorológicas; hoy han venido a decir que se nos viene encima una ciclogénesis explosiva.
El nombre no resulta alentador y yo presto atención a las explicaciones que una muchacha televisiva da, con gran convicción sobre dicho fenómeno.
Habla de vientos que podrán atacarnos según les dé -ésto no lo aclara mucho- y yo me imagino a la dicha ciclogénesis tomando, de forma caprichosa, la decisión sobre su orientación; de lluvias no necesariamente fuertes y de posibles muertos. No contenta con ésto, dice que no sólo no debemos sacar las macetas(?) sino que las debemos guardar a buen recaudo, ah¡ y que tengamos cuidado con los árboles que se moverán alocadamente hasta ser arrancados.
Sin cambiar el gesto, y a modo de aclaración,termina su exposición a los espectadores desprevenidos informándonos de los hectopascales que la hacen tan diferente, algo así como setecientos hectopascales.
Desconcertada por los novedosos vocablos y la explicación nada didáctica, me imagino una lucha de ciclones y anticiclones en que ,como si fuese un aquelarre y en medio de rugidos y vociferio, los hectopascales forman remolinos helicoidales, se sumergen en las aguas para volver a salir fortalecidos, levantan estructuras y las estrellan en medio de un estruendo atronador...uf¡¡¡
Voy a cambiar de canal.
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