El asesinato de esa señora poderosa (dicen que acumulaba trece cargos) y de genio fuerte a lo que parece,en vez de compasión ha despertado la cólera y maledicencia en muchos ciudadanos que en vida de ella, o no la conocían o se mantenían silenciosos.
Quizá su cara de perro pequinés enfadado o sus modales un poco broncos,su aire de "mando mandando" su pareja sentimental mas joven y vistosa que ella o su forma de vida han podido ser molestos para sus cercanos: eso, indudablemente, no justifica su asesinato.
Después está el ancestral respeto a los muertos que nos impide hacer observaciones por el simple hecho de estarlo y que me parece excesivo, que se enfrenta a todas las informaciones que vamos recibiendo, siempre sesgadas.
Confieso que sin conocer de nada a esa señora difunta, me cae mal.Que descanse en paz.
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