Me despierto de la siesta con la pesadísima Raquel llorando por su enorme tragedia. Su enorme tragedia ocurrió hace muchísimos años pero ella sigue y sigue. Insiste en el gran dolor de su vida , de sus padres y de sus hijos abandonados por Chiquetete.
Tiene la señora un medio de vida en su fracaso matrimonial. Se pinta como las gheisas: tapa su cara completamente con ocres (ahora entiendo el concepto base de maquillaje) y sobre esta gruesa capa retinta sus facciones de mascarón de proa con grandes trazos negros en los ojos, rojo bermellón en las mejillas, magenta en los labios...todo resalta su vocación estética de Dolorosa semanasantera esperpéntica. Convencida de que cada detalle vital que le acompaña es de interés y emoción universal, no olvida ningún detalle y llora doliente y orgullosa de sí misma.Como una virgen detenida en su momento de máximo dolor y de los siete puñales pero sin su suave y contenida belleza .
No puedo dejar de preguntarme qué gracia le acompaña para conseguir audiencia y comprensión diarias. Como niños que piden que se les cuente el mismo cuento noche tras noche, los televidentes del telecirco soportan y disfrutan con la misma historieta de una separación como muchas otras.
¡Qué aburrimiento¡
Ella no quiere olvidar, encuentra regustillo en ése éxtasis observado y aplaudido, así que seguirá llorando.
1 comentario:
Sigue llorando mientras recibe su cheque y las embestidas de mulatos comprensivos...
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