Aquí estoy, pagando a mis demonios el peaje de su suelta temporal.Cada vez que me reuno y evalúo ,termino atacando a la P.T. (léase profesora terapéutica y no otra cosa)con mas virulencia que la anterior.Ella defiende a sus "santos inocentes"como si en ello le fuera la vida.Sus pupilos insultan, agreden,desafían y alardean constantemente y ella, con un buenismo irritante y cuatro palabras técnicas nos intenta convencer de que les dejemos, que no es intencional y que seguramente no nos van a hacer nada grave porque, aunque llevan años aconsejándoles que vayan al psiquiatra, como no tienen diagnóstico, pueden ser inofensivos.
Como siempre,suelta verdades y generalidades irrefutables, con grandilocuencia logsiana y voz enardecida, nos dice que debemos prestarles atención porque se lo merecen, que debemos encontrar el método de atraerlos y despertar su interés por el conocimiento, que ellos nos necesitan...Cuando se le pregunta por medidas concretas, dice que un objetivo podría ser el de conseguir que no usen la mesa como instrumento de percusión, que debíamos hacer un acuerdo, un consenso general y de ahí llegar a una concusión de propuesta sobre esta acción.
Con la seguridad que da saberse una enviada y a pesar de e cansancio y aburrimiento que produce, sigue y sigue y yo me voy calentando irremediablemente.
Y aquí llega la suelta de mis demonios y le acuso de vocación estelar, de buenismo recalcitrante y de pelma.
Todo el equipo educativo se calla repentinamente sobrecogidos por el directo que encaja con lentitud la P.T.y yo me quedo dudando de la utilidad de mis palabras e incluso de mi capacidad para obviar las necedades.
1 comentario:
Me encantaría asistir a esos momentos.
Estamos siendo invadidos por una ola de blandengues de cierta edad, meapilas obstinados, con un gran discurso de motivador de pacotilla y una gran capacidad de dar charletas del estilo "Yes, You can"
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