Prescindo de lo fundamental, de la esencia navideña , del espíritu beatífico que desprenden las palabras y deseos de nuestros amigos y enemigos que ,por supuesto, siguen actuando exactamente igual que si no los tuviesen, del aburrimiento mortal del yo me remendaba yo me remendé o de la burra que va hacia Belén y nunca llega, de los guisos,de los anuncios, de las palabras del rey con su tono monocorde y aburrido, o las del Papa rodeado de toda su magnificencia y me propongo que no se me nota demasiado que no me lo creo.
Plena de tal vocación me acerco a una floristería a comprar flores blancas , dos, grandes y exquisitas con las que hacer un centro refinado y viscontiano muy lejano del kitch reinante. No hay.
Compro con desgana dos coles-flores moradas y las pongo al llegar a casa en un vaso blanco de la batidora y allí permanecen tres días en silencio.
Como tengo invitados y quiero poner una mesa bonita voy al jardín y recojo todo lo que encuentro: aves del paraíso, buganvillas, hiedras...y empiezo a montarlo.Cada vez lo veo mas grande y menos navideño, le añado uvas moradas, ciruelas, granadas...pero sigue tercamente tropical.
Lo acabo con satisfacción y decido que voy a hacer mis navidades todo lo libertarias que pueda y que puede ser que vista a San José con colorines y a la Virgen floreada, que no coloque nada rojo ni dorado,que no use abetos, nada de manteles con topicazos...
Si se me nota quizá alguien se sume y siento cierto alivio y en caso contrario, puedo simplemente considerar me original y ya está.
martes, 28 de diciembre de 2010
De la estética navideña
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1 comentario:
Es curioso como a veces uno intenta motivarse con lo "cotidiano", intentar que algo, alguna vez te haga tanta ilusion como al resto, como no pasa nunca, sabes que los realmente degenerados en vida son el resto...
Harto de escuchar creatividad e innovacion, "simplemente original" me ha devuelto a los origenes!!!
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