jueves, 12 de diciembre de 2013

Obama y la primera ministra danesa

Obama, su santa y la ministra rubia
Obama no parece muy triste en el funeral de Mandela.Su mujer está compungida, frunce levemente el ceño y mira las piernas de la rubia ministra.
Obama, con gesto amplio y poderoso -él es el hombre mas poderoso de la tierra-toca levemente a la jacarandosa señora que sostiene la foto del finado. Descanse en paz: el muerto al hoyo y el vivo al bollo.
La ropa es negra y solemne. Solo la ropa y Michelle.
En algún momento, como madre de niños peleones, se coloca en medio de la alegre pareja y todo vuelve a su orden. Todos aburridos y a lo suyo

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