Llueve. Veo la televisión aburrida y dolorida de la espalda y no hay opción: o el simpático Papa Francisco haciendo alardes de humildad mientras acepta el cetro del pescador, o la quiebra de Chipre que a todos amenaza o cotilleos demoledores.
Durante un pequeño espacio de tiempo veo a una pareja imposible: un muchacho operado, hierático como un pantocrator de iglesia gótica,con un sombrerito minúsculo sobre su cabeza a modo de tocado, escucha impasible a otro ,este menos operado y mas bajito,desencajado, acusándole de las mayores vilezas que además le declara su amor y le besa los pies.Si, le besa los pies. Le rinde pleitesía a la antigua.
Ovbiamente son gays pero cuando está mas irritado le acusa de maricona al impasible.
Otros comentan a gritos la actuación y se decantan, a gritos, por uno u otro.Todos son caricaturas poco estéticas de personas. Todos increíbles en la sobreactuación, en la estética, en la exageración indescriptible y molesta. Comen y hablan al mismo tiempo, se contorsionan, se quitan la palabra, se insultan...
Decido apagar la manta eléctrica y levantarme